Claves para manejar el estrés

rebajar estres

 

El estrés se define como un estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal. Todos experimentamos estrés de vez en cuando. Son muchas las personas que acuden a nuestra consulta por motivos relacionados con el estrés y la ansiedad. 

 

Por este motivo, vamos a contaros en este artículo qué es el estrés, para qué sirve, cuándo aparece, cómo afecta a nuestra salud y qué podemos hacer para que no nos pase factura. ¡Sigue leyendo!

 

¿Qué es el estrés?

 

Cualquier preocupación puede producir estrés. El estrés es la respuesta del organismo ante demandas internas o externas que la persona considera amenazantes. Consiste en una movilización de recursos fisiológicos y psicológicos que ayudan a la persona a afrontar estas amenazas.

Es decir, el estrés nos ayuda a poner en marcha soluciones a los problemas. Es un proceso natural y adaptativo que puede resultar beneficioso para incrementar y mantener el rendimiento y la salud. Por el contrario, un exceso del mismo puede perjudicarnos y provocar numerosos problemas de salud.

 

¿Para qué sirve el estrés?

 

Existen dos tipos de estrés: el estrés positivo y el estrés negativo.

 

Por una parte, hablaremos del estrés positivo. El estrés en bajas dosis nos ayuda a funcionar mejor en nuestro día a día. Nos ayuda a “ponernos las pilas” cuando la situación lo requiere. El estrés es adaptativo cuando es puntual y nos ayuda a rendir mejor. Padecer estrés puede ayudarnos a funcionar de manera eficaz. Si tengo una entrevista de trabajo, tener estrés me ayudará a prepararme mejor la entrevista. O si tengo un examen la semana que viene, un poco de estrés es el empujón que necesito para ponerme a estudiar y que no me pille el toro.

 

Estrés negativo

 

Por otra, tenemos el estrés comúnmente llamado negativo. Aunque el estrés es necesario, es muy importante mantenerlo bajo control. Un exceso del mismo puede perjudicar nuestro rendimiento. Este tipo de estrés se considera negativo porque es desadaptativo. El estrés negativo suele prolongarse en el tiempo, no es debido a un acontecimiento puntual y nos sentimos profundamente agotados. Deja de cumplir su función y no nos ayuda a rendir mejor sino que nos perjudica. Por ejemplo, cuando tenemos muchas cosas que hacer y sentimos que no tenemos tiempo, nos estresamos. En este caso, el estrés se debe a la ausencia de un recurso: tiempo. Si vives continuamente pensando que no tienes tiempo, puede que tengas estrés crónico.

Este tipo de estrés viene provocado por la continua exposición a situaciones impactantes y la ausencia de recursos para hacer frente a tales situaciones. Este sobreesfuerzo en el manejo de situaciones difíciles se traduce en un agotamiento físico y mental.

 

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Situaciones que pueden generar estrés

 

Una situación es estresante cuando no sabemos cómo manejarla y/o la interpretamos como una amenaza. Estas son algunas de las situaciones que pueden desencadenar un episodio de estrés:

 

  • Sucesos vitales intensos y extraordinarios: pueden ser cambios importantes en la vida como una boda, empezar en un trabajo nuevo, un despido, un accidente de coche, etc.

  • Sucesos estresantes cotidianos: exceso de trabajo, un atasco de camino a casa, llegar tarde, no poder entregar un informe a tiempo, roces en casa, discusiones, etc

  • Situaciones de tensión crónica mantenida: generan un estrés que se mantiene en el tiempo como una enfermedad, mal ambiente laboral, estar desempleado, cuidar de otros, etc

 

No es tanto la situación sino la interpretación que hacemos de ella. Si sentimos que no podemos hacerle frente, percibiremos la situación como una amenaza. En cambio, si tenemos las herramientas necesarias para afrontarla, es más probable que mantengamos el estrés bajo control.

 

  • Aprendizaje de técnicas degestión del tiempo. Es muy importante priorizar las tareas que tenemos pendientes y hacernos un calendario realista. Por ejemplo, podemos clasificar esas tareas en tres grupos: A. cosas que tengo que hacer hoy, B. cosas que tengo que hacer durante la semana y C. tareas que no son urgentes. De esta manera, es menos probable que nos agobiemos.

  • La gestión emocional es clave en el tratamiento del estrés. Expresar nuestros sentimientos es terapéutico. El simple hecho de hablar con alguien puede ayudar a sentirnos mejor.

  • Tiempo para ti, para descansar y desconectar. ¿Qué tal un baño de espuma o un paseo por el parque al finalizar la jornada? Muchas veces nos olvidamos de bajar el ritmo

  • El mindfulness no es milagroso pero es una herramienta muy útil para entrenar la mente. La mayor parte del tiempo vivimos en el pasado y en el futuro. Es necesario obligar a la mente a volver al presente. Puedes practicar tu meditación durante cinco minutos al día.

 

Estas son algunas de las herramientas que se trabajan en terapia. Puedes hablar hoy mismo a manejar mejor las situaciones que te generan estrés. No lo dudes, pídenos ayuda y empezamos! Y psi hablamos? ;-)

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