Tengo problemas en mis relaciones sexuales, ¿qué hago?

 

Hoy queremos contaros la historia de una paciente que nos ha cedido su testomonio para ilustrar la problemática de alcanzar el orgasmo en pareja. Los nombres reales han sido sustituídos con el fin de preservar su privacidad.
 

Una historia sobre sexualidad

 
Me llamo Lucía y hoy me preguntaba cómo empezó todo.Intento rememorar cuál fue el primer día que tuve problemas para alcanzar el orgasmo en pareja, (no era anorgasmia por que sola podía),y van viniéndome recuerdos. Todo empezó en mi relación con Carlos...
 
Comencé a forzarme de alguna manera a seguir su ritmo. Él llegaba más rápido que yo al orgasmo y cuando terminaba me preguntaba: “¿Has llegado también?, ¿verdad?.”, “Sí, claro.” Esa fue mi primera mentira. Me vienen a la mente los distintos momentos en los que le decía que no y cómo se sentía él de mal, lo triste que se quedaba y a su vez yo.
 
Un día decidí cruzar esa frontera; la frontera del decir sí cuando tenía que decir no. Pensé que así nos ahorraríamos sufrimiento y que ninguno de los dos estaría triste. La dura realidad fue que lo que me ahorré fue mucho placer y eso provocó que yo le viera a él como a un hombre egoísta y la relación empezó a hundirse.
 
Para mí se creó un abismo entre él y yo, a veces hasta me venían pensamientos del tipo: “¿Pero es que no se da cuenta?”, “¿cómo puede no darse cuenta de que estoy fingiendo?”, “¿será que le importa un pimiento que yo llegue o no?”. Esas preguntas fueron minando la relación y extendiéndose como un cáncer hasta provocar la ruptura sentimental definitiva.

Me sentí liberada después de romper con Carlos, me había quitado un peso de encima, la verdad es que he llegado a creer que he perdido el interés por el sexo en su totalidad. Con él ya no se me despertaba el deseo sexual, no sentía excitación sexual, llegué a pensar que es queno disfruto de las relaciones sexuales. Ingenuamente pensé que había dejado atrás una época mala y que con el siguiente hombre todo se solucionaría. Pasados dos años tras la separación pude comprobar cuánto me equivocaba...

Conocí a Luis y digamos que tuvimos problemas de pareja casi desde el inicio. Me di cuenta de cómo yo misma veía las relaciones íntimas como un mero trámite, algo que tenía que hacer para quitármelo de encima. La diferencia es que Luis, sí se dio cuenta de que algo raro estaba sucediendo.
 
Me convenció para buscar ayuda profesional para mejorar nuestras relaciones sexuales. Yo tenía miedo a que se enteraran en mi ciudad de que estaba yendo a un psicólogo así que me decidí por buscar online que te proporciona el anonimato que alguien presencial, a veces no puede.
 
Descubrí que el sexo se había convertido para mí en cumplir con una obligación. Me obsesioné por un tiempo en llegar el orgasmo sí o sí en cada relación, y de la manera que fuera, sin tener en cuenta mis necesidades ni comunicarlas al otro, hasta que al no alcanzarlo me empecé a sentir frustrada.
 

Cómo logré reconectar conmigo misma y mi sexualidad

 
Me di cuenta gracias a la terapia, de que estaba haciendo caso omiso a mis deseos, a mis gustos, a mí misma. Mi orgasmo había quedado relegado a un segundo plano con tal de que mis parejas no estuvieran tristes y se apartaran de mí frustrados. Ese era mi mayor miedo: Que me dejaran, miedo al abandono. Lo que no veía era que precisamente por no comunicarme estaba boicotendo de alguna manera mis relaciones, por que acababan rompiéndose.

Con mi terapeuta  profundizamos en todo esto. Pude ver que no iba a lograr controlar que me dejaran o no y mucho menos a través de la sumisión y supresión de mis propios deseos. Mi autoestima estaba dañada por que no me había puesto como co-protagonista en mis relaciones sinó como secundaria. Dejé de repetir ese patrón.
 
Luis y yo seguimos juntos actualmente y mi vida sexual es plena, a veces pienso que ni siquiera sabía entonces como alcanzar un orgasmo. Sigo teniendo miedo a que me abandonen y trabajando en ello pero no hago nada para evitarlo, intento asumir la idea de que eso es algo que no voy a poder controlar.
 
Estoy fortaleciendo mi autoestima con pequeños logros, pero sobre todo siendo auténtica, siendo yo misma y aceptándome en mis defectos y en mis virtudes. Además, he encontrado algunas posturas que me facilitan mucho lograrlo, la verdad, posturas que ni me había planteado, he conocido mucho mi cuerpo en este tiempo y me he hecho una experta en mí.
 
Tres meses después echo la vista atrás y no me creo cómo es posible que haya superado la vergüenza tenía a la hora de comunicar lo que me gusta en tan poco tiempo. 
 

¿Qué me hizo cambiar?

 
1 - Darme cuenta de que el problema lo tenía yo, de que intentaba salvaguardar mis relaciones a través de la sumisión.
 
2 – Pedir ayuda profesional
 
3 – Abrirme, hablar. Poner e práctica los consejos que recibí en el día a día de mi relación con Luis... y conmigo misma.
 
4 – Recordar que esto no es una carrera de velocidad, sinó de fondo. No se trata de llegar siempre el orgasmo, la sexualidad es algo más que sexo, y está por todas partes. El orgasmo es solo una parte más y llega cuando se ha ido alimentando el deseo de forma auténtica, y sobre todo cuando dices qué es lo que quieres.

Si te has sentido identificada con la historia podemos empezar a charlar sobre lo que te preocupa. Este artículo es un recurso para informarte sobre tu problema, pero para lograr solucionarlo lo mejor es empezar hoy a tratarlo. ¿Y psi hablamos? ¡Feliz día!

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