Los 10 fallos más frecuentes en las relaciones

Raquel Moyá

Seguro que como mínimo has tenido de 3-5 relaciones de pareja a lo larhgo de tu vida. Y puede que estén en un punto en el que pienses , ¿qué hago mal?, ¿por qué fracasan mis relaciones? En este artículo queremos revisar las principales trampas en las que caemos. Veamos los 10 errores más frecuentes:

1. “Voy a esforzarme para gustarle”

A veces uno intenta mostrar una mejor imagen de sí mismo para gustar al otro, llegando al punto de cambiar la propia manera de ser para gustar. Esto es un error puesto que al final, si acabas gustando a la otra persona no serás tú sino la máscara que te has puesto lo que le atrae.

No tienes que despersonalizarte para amar y ser amado, tienes que ser tu mismo/a y vas a gustar tal y como eres. Te mereces recibir lo mismo que das, no te compensa y es muy desgastante intentar gustar a alguien siendo otra persona.

2. “Algún día cambiará y se enamorará de mi”

Seguir a raja tabla la teoría de “la esperanza es lo último que se pierde”, puede ser perjudicial. Que se enamore de ti es algo que no sabemos, puede que sí o puede que no. Debes tener claro que hay situaciones que cambian, pero otras que nunca van a cambiar, y esto no siempre depende de ti. No puedes pretender ni esperar que la otra persona cambie por ti, al final, no eres dueño de sus pensamientos ni sentimientos. Sí que eres dueño/a, en cambio, de cómo actúas tú, de hasta cuándo estás dispuesto/a a esperar y cuándo decir basta. Pon el foco en ti mismo/a, y no en el otro.

3. “Voy a aceptar ir a su ritmo porque si voy al mío tengo miedo a perderle definitivamente”

De entrada, ya estamos hablando de ritmos diferentes, lo que significa que lo que quieres no te lo da, por lo tanto, no vas a perder nada porque no lo tienes. Si no es lo que buscas, suéltalo. Y te preguntarás, pero, “¿Cómo voy a dejar a una persona si me gusta?, no tiene sentido…”, pues lo cierto es que el hecho de que te guste o que incluso ames a esta persona, no es suficiente.

Quieres a esta persona, pero no te conviene, no te va bien para tu bienestar y tu felicidad, justo al contrario, te provoca malestar. En este caso, es mejor para ti soltar, que continuar, a pesar de que te parezca una contradicción (porque te gusta),es más coherente contigo mismo/a irte que permanecer allí. Recuerda: el amor no duele.

4. “Si sigue quedando conmigo de vez en cuando, será que le gusto, ¿no?”

Otro de los errores que cometemos es realizar razonamientos que están sesgados por nuestros deseos y esperanzas. Si sigue quedando contigo será porque le gustas, seguramente sí, pero no como tu querrías. Que esté por ti de vez en cuando y que le gustes, aunque sea un poco, no significa nada más, no quiere decir que tarde o temprano termine queriendo una relación contigo. Si esto no es suficiente para ti, algo debe cambiar.

5. “Si tarda en contestar, yo voy a esperar también”

Hemos escuchado muchas veces lo de “pasa de él/ella, así vendrá más”, pero ¿te ha funcionado?, si no tiene interés, no suele servir de nada actuar así. Y, en el caso de que te funcione, ¿quieres que alguien venga a por ti desde el amor o desde el miedo? Al final, estas estrategias son mecanismos de defensa que te pones a ti mismo/a para huir de tus miedos, pero no acabas teniendo lo que realmente necesitas. Alguien tiene que venir a por ti porque le gustas no porque pases de él/ella.

1. “No voy a contarle lo que realmente siento, no vaya a ser que se agobie y se vaya”

En primer lugar, estás intentando adivinar el futuro y cómo va a actuar la otra persona y esto nadie lo sabe. Por lo tanto, si eres sincero/a y cuentas cómo te sientes, pueden pasar dos cosas: o bien que la otra persona sienta lo mismo y podáis avanzar al mismo ritmo, o bien que no haya reciprocidad. Lo que está claro, es que, si ocultas constantemente lo que realmente sientes y lo que quieres, no estás siendo sincero/a con el otro, pero tampoco contigo mismo/a, y, además tarde o temprano acabará saliendo lo que realmente quieres y sientes en la relación, y va a ser peor porque la otra persona no sabrá de dónde le viene.

Pongamos la situación temida, que destapas lo que sientes y la otra persona se va, ¿realmente es tan malo? ¿te compensa estar por una persona que no quiere lo mismo que tú? ¿Te sentirías bien estando por alguien que no te da lo mismo que tu das? ¿Te sale a cuenta estar por una persona en la que no puedes ser tu mismo/a?

2. “Tengo miedo a que no quiera estar conmigo”

A veces, estamos enganchados a alguien, no porque realmente queramos a esta persona, si no por otros motivos. A veces viene de la necesidad de conseguir este reto para sentirte capaz y reforzar esta autoestima que está debilitada. O también puede ser debido al deseo de vincularte con alguien para que te cuide, te salve, te proteja y te sientas querido/a, porque no te quieres a ti mismo/a.

¿Has analizado tu autoestima antes de luchar por alguien a quien sientes que “quieres con locura”? Tu autoestima y tu valía, no debe depender de que la otra persona te acepte o te rechace. Trabaja tu autoestima y fortalécela desde TI, pues esto no depende de gustar o no a alguien, si no de gustarte a ti mismo/a.

3. “¿Por qué no quiere avanzar? ¿Qué hago mal?”

A veces pensamos que hacemos algo mal, y la realidad es que, si nos estamos mostrando tal y como somos, no debemos cambiar nada. Si gustas a alguien, le vas a gustar tal y como eres, no debes esforzarte. Deja de culparte a ti mismo/a y de intentar adivinar los motivos de por qué no quiere vincularse, hay miles de causas (miedos, inseguridades, traumas, otros objetivos vitales, etc.),seguramente incluso no se trata de una sola.

En vez de intentar averiguar qué le pasa a el otro por la cabeza (que a lo mejor ni el mismo/a lo sabe),céntrate en ti ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué buscas en una pareja?

4. “Sigo quedando con él/ella porque los buenos momentos son muy buenos”

¡Claro que hay buenos momentos! Si no, no estarías quedando con esta persona. Cuando se trata de una droga física, lo vemos más claro, las personas no consumen alcohol por los daños que causa a corto o a medio plazo, consumen porque les da momentos de placer, pero la pregunta es, ¿Compensan estos momentos de placer con las consecuencias negativas que comporta el alcohol? Lo mismo sucede en este tipo de relaciones, debes poner en una báscula cuánto te aporta de bienestar y cuánto de malestar, ¿Te vale la pena todo el sufrimiento por un momento bueno de vez en cuando?

5. “Mejor esto que nada”

A veces nos dejamos llevar por el miedo a la soledad. ¿Realmente estás mejor quedando con aquella persona que no quiere lo mismo que tu? Al final con esta persona no estás bien, y además puede que incluso acabe dañando más tu autoestima y tus inseguridades que estando solo/a. Lo primero es tener claro qué es lo que quieres TÚ, y después, no aceptar menos de lo que tu estas dispuesto/a a dar por esta persona.

Tiene que haber reciprocidad para que las cosas fluyan. En este caso sería cierto lo de “mejor solo/a, que mal acompañado/a”. No te conformes con menos de lo que mereces. Puedes empezar aprendiendo a estar bien solo/a y a disfrutar de los momentos contigo mismo/a.

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