¿Cómo mejorar la relación con mis padres?

Construir una relación sana entre padres e hijos no es una tarea fácil. Algunas personas tienen la suerte de tener una buena relación con sus progenitores aunque no es algo frecuente, suelo encontrarme lo contrario. Si piensas que las cosas podrían ir mejor, te invitamos a seguir leyendo este artículo para dilucidar los porqués y buscar soluciones.

¿Por qué tengo que mejorar la relación con mis padres?

La familia es una de las áreas más importantes de la vida de una persona. Por lo tanto, cuando la relación con ésta y sobre todo con los padres está deteriorada nos puede traer consecuencias a corto o a largo plazo en el resto de ámbitos. Los padres tienen una enorme influencia en nosotros, en cómo crecemos, vemos el mundo y nos relacionamos con los demás. Por tanto, la relación que tengamos con nuestros padres influirá en nuestras relaciones de amistad, de pareja y con nuestros futuros hijos.

Desde que nacemos nos relacionamos con nuestro entorno, siendo el apego el vínculo afectivo más fuerte, ya que se establece desde los primeros momentos de vida entre la madre y el hijo o la persona encargada de su cuidado. Su función es asegurar el cuidado del recién nacido. El apego cumple un rol clave en el desarrollo psicológico del niño y en la formación de su personalidad y puede estar detrás de sentimientos de depresión, ansiedad,baja autoestima, etc.

Cómo influye nuestra infancia en la etapa adulta

Existen cuatro tipos de apegos y éstos condicionarán en gran parte nuestras relaciones en la edad adulta.

1. Apego seguro. El niño se siente querido, aceptado y seguro. Sabe que el responsable de su cuidado no le va a fallar ya que cubre todas sus necesidades emocionales, más allá de los cuidaos básicos. Cuando sea adulto, tiene más probabilidades de ser una persona independiente con una autoestima fuerte, que no tiene miedo al abandono, y que se relaciona con los demás de una manera saludable.
2. Apego ansioso y ambivalente. Los cuidadores expresan sentimientos y emociones contradictorias, lo que genera en el niño angustia e inseguridad. Necesitan la aprobación de sus cuidadores y tienen miedo a que les abandonen. Cuando se separan del niño, éste siente mucha ansiedady, cuando vuelven, se muestra enfadado y preocupado. Cuando llegan a la edad adulta, sufren dependencia emocional. Tienden a vigilar constantemente que su pareja no les abandone, tienen miedo a no ser aceptados y tener celos.
3. Apego evitativo. Estos niños saben que no pueden contar con sus padres y este sentimiento les produce sufrimiento aunque no lloren cuando se separan de sus cuidadores. Aprenden a vivir sintiéndose poco queridos y valorados, no expresan ni entienden las emociones de los demás y por lo mismo evitan las relaciones de intimidad. Cuando se convierten en adultos, sienten rechazo hacia la intimidad con otros y tienen dificultades en sus relaciones. 
4. Apego desorganizado. Este apego sería el contrario al que hemos nombrado antes como seguro. Se da en casos de abandono temprano o maltrato, cuya consecuencia en el niño es la pérdida de confianza en su cuidador. De adultos, rechazan las relaciones aunque en el fondo necesiten sentirse queridas. Evitan la intimidad con otras personas pero no han encontrado una forma de gestionar las emociones que esto les provoca.

Conflictos con los padres

Cuando crecemos y nos convertimos en personas adultas, somos más conscientes de todo lo que hemos vivido. Si bien no podemos culparles de cómo nos han educado (ellos lo hicieron con su mejor intención),podemos construir una relación mejor con nuestros padres, más sana, desde el amor y el respeto. Hemos recopilado algunos de los motivos de conflicto más frecuentes entre padres e hijos adultos:

• Tener diferentes formas de pensar
• Porque unos no aprueben la forma de vida de los otros
• Compartir el mismo techo (por volver a casa de los padres tras una ruptura o una situación laboral precaria)
• La manipulación y el chantaje psicológico como estilo de comunicación entre ambos.

Cómo mejorar la relación con tus padres

• Dedícales tiempo: Dicen que lo más valioso que le podemos regalar a otra persona es nuestro tiempo, así que si procura invertir más tiempo en ellos y en mejorar su relación. Para mejorar la relación con tus padres, puedes visitarles más a menudo, llamarles por teléfono, invitarles a dar un paseo, compartir una afición común (ir al cine, por ejemplo),etc. El objetivo es que transmitirle a tus padres que les quieres y que tienes interés en que las cosas entre vosotros mejoren.

• Escucha a tus padres e intenta comprenderles. Es difícil que te puedas poner en su lugar, sus creencias y vivencias han sido muy diferentes a las tuyas, pero precisamente por eso, hay cosas que no van a poder entender ni cambiar. Intenta negociar con ellos un trato más igualitario entre vosotros y que comprendan que eres una persona adulta y que mereces que te traten como tal. Comprender no es justificar, así que si tras pedirles que no te traten a ti de una manera que no toleras, siguen haciéndolo, puedes espaciar el tiempo que pasas con ellos.

• Respeto. Éste debe ser bidireccional. Ni te lo pueden faltar ni se lo debes faltar, esto es innegociable. Si te faltan al respeto, no dudes en comunicárselo. Es posible que no sepan cómo te sientes al respecto.

• Comunica tus emociones: Si te sientes mal por cómo te tratan tus padres, no dudes en hablar con ellos. Diles cómo te sientes y qué es lo que te hace daño exactamente con asertividad. Por ejemplo, “mamá, me siento mal cuando dices que nunca voy a ser capaz de ascender en el trabajo, me gustaría que me apoyaras más”.

• Habla con una psicóloga online para aprender herramientas de habilidades sociales que te ayuden a entenderte mejor con ellos. La terapia es tu solución, tenemos el programa "Relaciones" esperándote. ¿Te apetece estar más a gusto con tu familia? Empieza en ypsihablamos.com